Contagiarse por coronavirus no es el único problema de salud en Venezuela. La cuarentena puede traer serias consecuencias psicológicas, como ansiedad y depresión. Quedarse en casa implica percibir aún más los problemas de servicios que ya existían desde antes del COVID-19 en Venezuela.

El psicólogo Abel Saraiba aseguró que el estado emocional de los venezolanos se agrava día a día. La privación del acceso a servicios básicos como agua, luz, televisión, internet y gas suman estrés en medio de confinamiento.
«En cuarentena van juntándose eventos que ponen presión sobre la familia y generan un impacto emocional. Hablar de incertidumbre es decir que en este contexto de país, no se sabe lo que va a pasar, pero intuimos que lo que va a pasar puede tener una connotación negativa”, dijo Saraiba.
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